jueves, 9 de enero de 2020

Porque Lot, ofreció a sus hijas en Génesis 19:8?


La descripción bíblica de Lot nos presenta un retrato algo confuso del hombre. Por un lado, Pedro menciona al “justo Lot” abrumado por la impiedad que veía y escuchaba en Sodoma (2 Pedro 2:7, 8). Cuando los ángeles de Dios se aproximaron a la puerta de la ciudad, Lot les ofreció su hogar generosamente. Cuando ellos no aceptaron la invitación la primera vez y decidieron pasar la noche en la calle, Lot insistió en que fueran sus invitados, y con buena razón. Lot conocía muy bien las tendencias homosexuales de los hombres de su ciudad. Además, se dio cuenta de que él no era el único que había notado la llegada de los dos visitantes. Y cuando más tarde los hombres de Sodoma y Gomorra hicieron alarde de su lujuria y quisieron tener relaciones sexuales abominables con los invitados, Lot los rechazó aun a costa de gran riesgo personal.

Lot era un hombre justo, pero la vida en el ambiente inmoral de Sodoma había adormecido su fe y había endurecido su sensibilidad moral. Lot se dirigió a los revoltosos homosexuales que amenazaban tumbar la puerta llamándolos “hermanos míos”. Debió haberlos amonestado con toda la santa ley de Dios, pero no lo hizo. En vez de ello, trató de evitar el pecado con lo que él creía era un pecado menor. “Hermanos míos, satisfagan su apetito sexual en forma natural, no contra naturaleza. Tengo dos hijas vírgenes. Tómenlas, pero ¡dejen en paz a mis invitados!” A diferencia de su tío Abraham, Lot no dio indicios de su fe. Su desagradable ofrecimiento muy bien pudo haber terminado en la muerte de sus dos hijas (Jueces 19:23–28). No demostró amor alguno hacia ellas ni hacia los hombres de Sodoma. Utilizando las palabras de Cristo, Lot era como la sal que ha perdido su sabor.

 John C. Jeske, Génesis (ed. Roland Cap Ehlke; La Biblia Popular; Milwaukee, WI: Editorial Northwestern, 2004), 159–160.

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