Hombres Jovenes

El profesor empezó a mencionar los apellidos y los nombres de los aprobados en su curso en la gran mayoría había entusiasmo y al salir el profe del aula, Paola la chica más tranquila de la promo grito ¡A celebrar! Increíblemente todos se unieron a una sola voz y dijeron ¡vamos!. Yo me encontraba con el gran dilema, ¿Y ahora qué hago?, meses a tras me había identificado como Cristiano, de pronto salimos del salón, y empecé a orar “Señor que hago”, y mientras caminábamos note que ellos no sabían a donde ir, querían celebrar y yo tenía que hacer algo, o me dejo llevar por la manada o Lidero, y decidí hacer lo segundo, me adelante al grupo clamando a Dios, “Señor dame una idea creativa”, y la respuesta no se hizo tardar, en plena avenida la marina habían inaugurado un restaurant de comida rápida y les grite a todos, “Vengan es por aquí”. Al decir estas palabras me la estaba jugando pues quizás nadie me siga, pero de pronto el milagro sucedió, todos me siguieron, nos sentamos, hicimos el pedido, conté unos chistes (no se cómo se rieron), y a los 30 minutos un chico levanto la voz, “Que no íbamos a tomar”, y una chica le respondió, “Aquí estamos mejor”.
Con esta experiencia entendí que la gente está esperando de los Cristianos, liderazgo. La Biblia dice en Romanos 8 “19Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”. Pero no siempre veo esto a mi país pues pocos son los que frente a una situación responden como Hombres, pues más fácil es siempre decir “Si” a todo. Una de las cosas que veo constantemente es que a los adolescentes y jóvenes, nunca se les dice “Hombre”, pues siempre los llamamos Chicos o por su nombre. Cuando veo la TV y las series para ellos me doy cuenta el fuerte liderazgo de las mujeres. Cuando veo los hogares el modelo se repite. Por un lado no afianzamos con nuestras palabras su carácter de Hombre y no los tratamos como tales.

Sin embargo me siento orgulloso de nuestra iglesia pues veo a Hombres jóvenes aceptando responsabilidad (adolescentes manejando una cámara de 3,000 dólares), hombres en el trato a las damas, hombres jóvenes de palabra, hombres jóvenes cada semana estudiando cursos que les ayuda para ser mejores hombres. Esto es maravilloso, pues esto es un movimiento de levantar la verdadera hombría. Esto es para mí revolución y yo amo esto, pues significa ir en contra de la corriente, en contra de las estadísticas.
Mi pastor siempre nos dice, que si tenemos muchas mujeres en la iglesia seremos una iglesia linda, pero si levantamos una iglesia con hombres seremos fuertes. Si levantamos en nuestras iglesias una generación de hombres jóvenes, podemos impactar una sociedad con testimonios prácticos.



Walter Acosta Vallejos